jueves, 9 de julio de 2009

La hacés bien, y aunque te hierva la sangre te encadenás para no llamar. ¿Cómo hacés? Conozco todos tus trucos, pero aún así me das que pensar. Te guardas el orgullo donde nadie pueda dudar de que lo tenés. Y así vas, sin perder el objetivo, pidiendo dos cuando querés tres. Ya estoy bien, ya me ordené en mi desorden, y aquellas voces no me hablan más.. Por favor, mentime y dame espalda, otra vez no quiero patinar. Y me esperás, más de la cuenta, siendo siempre el que yo soñé. Y firme yo, me encierro en que es peor, amar y envejecer. ¿Qué esperás? Mostrame todas las cartas, a cara de perro no sé jugar. Me endulzás, el ego siendo sincero! Dale un poco y te va a pedir más. Lo sabés, no hay arma más seductora, que contestar siempre la verdad.

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