viernes, 4 de diciembre de 2009

Dejé una carta en la mesa
con muy
poca lucidez
pero el amor no se olvida,
toda mi vida rendida a tus pies.
Hay momentos que no recuerdo nada,
hay momentos que no puedo olvidar,
hay momentos que por las madrugadas,
me arrepiento y
empiezo a temblar.
Cinco segundos de gracia
y
mil horas sin razón,
sequé mis lágrimas en espejos fríos
y
soy la sombra de ayer.


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